Bishop McClory Responds to U.S. Supreme Court Ruling on Abortion

Dear Brothers and Sisters in Christ:

The ruling handed down by the U.S. Supreme Court in the case of Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization is a landmark decision, answering many prayers in the ongoing effort to protect the sanctity of life from conception to natural death. We are very encouraged by the decision, as it moves us forward in building a culture that respects and values all life.

This federal ruling recognizes that there is no constitutional right to abortion. This issue will now primarily be decided at the state level with ongoing federal action as well. Therefore, while we are grateful for this progress, we must remain steadfastly committed to cultivating communities that serve the needs of all people, especially the poor and vulnerable, those on the margins, and those facing extraordinary challenges.

The Catholic Church is the largest private provider of social services in the United States with a long history of serving those in need. Local religious communities, pregnancy care centers, and parish social justice ministries collaborate with other agencies to care for those in need. As missionary disciples of Christ, we bear witness in word and deed to the value of every human life. A special report being produced by the Northwest Indiana Catholic details the ways our local Church supports women and families in need. You can find the report and additional stories as they become available on the diocesan website (dcgary.org).

In collaboration with local service agencies, we provide women, couples, and families with resources to assist them when they are most vulnerable. We must put greater energy into advancing even more resources and alternatives to support women facing challenging pregnancies – both before and after birth.

In this ongoing work, we must remain a people of peace and love. We will encounter many people who have differing opinions regarding the practice of abortion. Let us keep our focus on the Lord and our mission as disciples of Christ. We can and must respond to adversity with a gentle spirit, while we remain committed to serving others, as Jesus taught us.

I am asking the faithful to use the momentum of this pivotal court decision to respond vigorously with prayer and action. As we continue to pray for change in our world, I encourage you to also ask, “What can I do to support women, couples and families facing challenging situations? What can I do to nurture a culture that respects and supports all life? How do my actions reflect the teachings of Christ, to ‘love one another as I have loved you?’”

We are thankful that the Constitution of the United States is no longer construed to give a right to take the life of an unborn human being. This is a milestone decision that brings great hope. Our challenge now is to re-double our efforts to serve our sisters and brothers in need at all stages of life.

Our Lady of Guadalupe, pray for us.

Sincerely yours in Christ,
Most Reverend Robert J. McClory
Bishop of Gary


Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

La sentencia dictada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en el caso Dobbs contra la Organización de Salud de la Mujer de Jackson es una decisión histórica, que responde a muchas oraciones en el esfuerzo continuo por proteger la santidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Estamos muy animados por la decisión, ya que nos hace avanzar en la construcción de una cultura que respete y valore toda vida humana.

Esta sentencia federal reconoce que no existe un derecho constitucional al aborto. Esta cuestión se decidirá ahora principalmente a nivel estatal, con una acción federal en curso también. Por lo tanto, aunque estamos agradecidos por este progreso, debemos seguir comprometidos con el cultivo de comunidades que atiendan las necesidades de todas las personas, especialmente las pobres y las vulnerables, las que están en los límites y las que se enfrentan a desafíos extraordinarios.

La Iglesia católica es el mayor proveedor privado de servicios sociales en Estados Unidos, con una larga historia de servicio a los necesitados. Las comunidades religiosas locales, los centros de atención a embarazadas y los ministerios de justicia social de las parroquias colaboran con otros organismos para atender a los necesitados. Como discípulos misioneros de Cristo, damos testimonio, de palabra y de obra, del valor de toda vida humana. Un informe especial producido por el periódico del Northwest Indiana Catholic detalla las formas en que nuestra Iglesia local apoya a las mujeres y familias necesitadas. Puede encontrar el informe y otras historias a medida que estén disponibles en el sitio web de la diócesis (dcgary.org).

En colaboración con las agencias de servicios locales, proporcionamos a las mujeres, las parejas y las familias recursos para ayudarlas cuando son más vulnerables. Debemos poner más energía en promover aún más recursos y alternativas para apoyar a las mujeres que se enfrentan a embarazos difíciles, tanto antes como después del nacimiento.

En este trabajo continuo, debemos seguir siendo un pueblo de paz y amor. Nos encontraremos con muchas personas que tienen opiniones diferentes sobre la práctica del aborto. Mantengamos nuestra atención en el Señor y en nuestra misión como discípulos de Cristo. Podemos y debemos responder a la adversidad con un espíritu amable, mientras seguimos comprometidos con el servicio a los demás, como nos enseñó Jesús.

Pido a los fieles que aprovechen el impulso de esta decisión judicial fundamental para responder enérgicamente con la oración y la acción. Mientras seguimos rezando por el cambio en nuestro mundo, los animo a preguntarse también: "¿Qué puedo hacer para apoyar a las mujeres, las parejas y las familias que se enfrentan a situaciones difíciles? ¿Qué puedo hacer para fomentar una cultura que respete y apoye toda la vida? ¿Cómo reflejan mis acciones las enseñanzas de Cristo, de que se amen los unos a los otros, así como yo los he amado, también ustedes'?".

Estamos agradecidos de que la Constitución de los Estados Unidos ya no se interprete como un derecho a quitar la vida a un ser humano no nacido. Se trata de una decisión que marca un hito y que aporta una gran esperanza. Nuestro reto ahora es redoblar nuestros esfuerzos para servir a nuestras hermanas y hermanos necesitados en todas las etapas de la vida.

Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros.


Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo Robert J. McClory
Obispo de Gary